Y es que, según EP, hasta antes de fin de año sólo se habían solicitado 37,73 millones de euros de los 250 millones que disponía el plan, lo que supone un 15,1% del presupuesto total. Concretamente, hasta el pasado 28 de diciembre de 2020, se habían registrado en el sistema 34.869 expedientes.
De ellos, unos 26,67 millones de euros habían sido solicitados por particulares o entidades sin ánimo de lucro, mientras que unos 11,06 millones por autónomos o empresas. La mayoría de las solicitudes pretendían adquirir turismos, con 26,11 millones de euros, seguidas de autobuses, autocares o camiones, con 7,66 millones; de furgonetas, con 2,07 millones, y de motocicletas, con 1,88 millones.
La prórroga del plan de incentivos a la compra de vehículos para 2021 se estaba barajando desde hace unas semanas con el propósito de atenuar el impacto que sufrirá la automoción desde el 1 de enero con la subida de la presión fiscal en el Impuesto de Matriculación por la aplicación de los valores de emisiones de CO2 de la homologación WLTP. Se trataba de una de las medidas de las que habló la ministra de Industria Reyes Maroto durante la celebración de la Mesa de Automoción el pasado 23 de noviembre.
La no ampliación del plan de incentivos a la compra de automóviles para 2021 se suma a un contexto donde las principales patronales Faconauto, Sernauto, Ganvam y Anfac han venido reclamando la acción del Gobierno ante la “insostenible” situación que atraviesan, exponiéndose a una prologada crisis originada por el Covid-19, por lo menos hasta 2022.
Un Plan Renove escaso
Al finalizar el pasado 31 de diciembre, el Plan Renove 2020 aprobado en junio —que contaba con un presupuesto de 250 millones de euros y ofrecía ayudas de entre 300 y 4.000 euros para la adquisición de un vehículo nuevo a cambio de achatarrar uno antiguo— ha registrado un balance muy pobre debido principalmente, tal como recoge Latribunadeautomoción.es, a la dificultad para la tramitación de las ayudas y a la reducida subvención que se concede, por ejemplo, para la compra de vehículos propulsados por diésel o gasolina con etiqueta C, de entre 600 y 1.600 euros, contemplando la aportación de los distribuidores. Esto provoca que mucha gente prefiera vender sus coches en el mercado de segunda mano.
Por su parte, el Ministerio para la Transición Ecológica ha abierto el periodo de consultas previo a la articulación del programa para el impulso de la electromovilidad que estará dotado de 1.100 millones de euros en 2021.