miércoles, 27 de enero de 2021

Consejos de Reynasa para un correcto almacenamiento de los líquidos de suspensión y frenos en el taller

Uno de los aspectos que no pueden pasar desapercibido en el día a día del taller es la importancia de un correcto almacenamiento tanto del stock de productos como de las herramientas y útiles de trabajo. Y es que un taller ordenado no sólo es más seguro para todos aquellos (trabajadores, clientes...) que entran a diario en sus instalaciones. También lo hace más eficiente y traslada una mejor imagen.

En este sentido, entre los elementos a los que se debe prestar una atención especial sobre su almacenaje se encuentran los líquidos de suspensión o frenos, que tienen normativas muy específicas, tanto por su composición como por sus características técnicas, y que pueden influir en la calidad de la reparación o en la seguridad.

Para saber cómo almacenar correctamente dichos productos, Reynasa, partner de Asboc, ha publicado un post en su web con algunos consejos prácticos para los profesionales del mantenimiento y reparación de vehículos...

Envases propios

Según explican desde Reynasa, los expertos recomiendan "seguir siempre las recomendaciones del fabricante y guardar los productos en sus propios envases, sin abrir y en lugares cerrados, limpios y secos a temperatura ambiente".

De este modo, "es fundamental no abrirlos si no se van a utilizar porque por efectos de temperatura, el aire puede entrar y salir de ellos, conteniendo humedad y provocando corrosión en los productos".

No en vano, si esto ocurriera, por ejemplo, en los líquidos de frenos, "podría descender su punto de ebullición, y por ende, que sea inferior a la temperatura a la que trabaja el sistema de frenos en la zona de las ruedas, provocando graves problemas de seguridad al hundirse el pedal".

Consejos de almacenamiento

En términos generales, desde el partner de Asboc destacan que el taller debe seguir los siguientes consejos:

  •     Productos sin abrir y protegidos de la luz.

  •     Si son envases pequeños, pueden almacenarse durante dos años.

  •     Si son bidones, duran tres años si se mantienen en posición horizontal.

  •     Si se trata de contenedores de acero inoxidable, en atmósfera de nitrógeno pueden almacenarse durante tres años.

  •     En caso de que el producto ya esté abierto, habría que utilizarlo en pocos meses por la posible entrada de agua.

Por último, en el caso de los líquidos de suspensión, desde Reynasa recuerdan que su almacenaje no es muy distinto al de otros lubricantes. "Se debe utilizar antes de cinco años desde su fecha de fabricación, aunque no tenga caducidad. Igualmente, deben estar en lugares cerrados y ventilados, mientras que si están en bidones, estos deben situarse en posición horizontal con las dos bocas paralelas al suelo", concluye el artículo.