lunes, 16 de agosto de 2021

La industria automovilística avanza en la reducción de los tiempos de recarga de los vehículos eléctricos

Unas de las principales desventajas que los automovilistas siguen viendo en los coches eléctricos frente a los propulsados por motores de combustión son el tiempo de recarga y su reducida autonomía, principales escollos que hacían hasta no hace mucho poco viable los eléctricos para el mercado de masas y que siguen siendo un obstáculo para que muchos conductores se decidan por este tipo de vehículos. 

De este modo, los fabricantes de coches eléctricos están realizando grandes inversiones para acabar con este problema y desarrollar modelos más eficientes en este aspecto. No obstante, aunque el tiempo de recarga es cada vez menor y las autonomías mayores, las estaciones de recarga no suelen ofrecer potencias suficientes como para cargar el coche en pocos minutos.

Así, redes como los Supercargadores de Tesla o Ionity al margen, muchos puntos de recarga apenas ofrecen 50kW de potencia máxima. Otros tan sólo ofrecen carga lenta en corriente alterna. También existen zonas masificadas en las cuales no existen suficientes cargadores, por lo que el tiempo de espera aumenta aún más. Además, cuanta más potencia tiene el cargador más cara es su instalación.

Esto es un problema que preocupa a los fabricantes de vehículos eléctricos que temen por las ventas de sus coches. Por ello, ya están trabajando en ofrecer tiempos de recarga que se aproximen al llenado del depósito del combustible de los motores tradicionales de combustión.

En este sentido, en el mercado ya existen algunos modelos como el Tesla Model 3, el Hyundai IONIQ 5, el Audi e-Tron GT, el Mercedes EQS o el Porsche Taycan, que son capaces de recargarse a un ritmo que podríamos calificar como vertiginoso, de 10 minutos, con potencias de más de 200kW, lo que lleva a la industria de los coches eléctricos a batir récord en tiempos de recarga.