martes, 13 de marzo de 2018

El consumo de carburante de automoción se apuntó en enero el mejor registro de este mes en 8 años

El consumo de carburante de automoción se apuntó en enero el mejor registro en 10 años
La mejora de la economía conlleva, entre otras cosas, un aumento de la demanda de combustible de automoción, debido a un incremento tanto del kilometraje de vehículos profesionales como particulares. Una buena noticia para el taller, pues a más kilómetros, mayor necesidades de mantenimiento de los vehículos.

En este sentido, el año arranca con una buena noticia para los establecimientos de reparación, ya que el consumo de combustibles de automoción en enero aumentó un 6% con respecto al mismo periodo de 2017. A lo largo de los 31 días del primer mes del año la demanda de este tipo de carburantes se situó en 2.205 millones de toneladas, una cifra que es la más alta de los ocho meses de enero precedentes, según han informado fuentes de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos, Cores.

De este modo, durante enero aumentó la demanda tanto de los gasóleos (un 6,1%), como de las gasolinas (un 5,4%). En el primer caso, la mejoría es la cuarta más alta experimentada en enero de un año, solo superado por los primeros meses de 2006, 2007 y 2008. En cuanto a las gasolinas, el dato de enero de 2018 fue el mejor de los últimos seis años.


Los alternativos, comportamiento dispar

A excepción del GLP, cuyo consumo se contrajo un 30%, el resto de grupos de productos mejoró sus datos. Además de gasolinas y gasóleos, ya citados, subió la demanda de querosenos (1,3%) y fuelóleos, aunque éstos se mantuvieron casi planos (con un 0,1% de mejoría).

Por otra parte, y tras ocho meses de incrementos, en enero descendió el consumo de gas natural (una caída del 8,6% respecto a enero 2017), situándose en 35.244 GWh. No obstante, apuntan desde Cores, el consumo fue superior al de los meses de enero de 2014, 2015 y 2016 y similar al de 2013. El consumo convencional experimentó un menor descenso (un 7,0%) que el destinado a generación eléctrica (cuyo consumo cayó un 20,8%), mientras que el gas natural licuado (GNL) de consumo directo aumentó un 25,0%.