jueves, 19 de diciembre de 2019

¿Puede provocar la explosión de un coche un uso excesivo del ambientador?

Puede parecer poco probable que querer mantener una atmósfera agradable en el coche sea potencialmente peligroso, pero lo es. No hablamos ya del cóctel químico que desprenden los componentes de un coche (sobre todo al sol) en el perseguido olor 'a coche nuevo', sino de los ambientadores.

Cuando se juntan la inconsciencia (o el despiste) y una mala decisión el resultado puede ser dramático. Y si no que se lo pregunten al conductor de un coche que ha explotado en Inglaterra después de que éste hiciera un uso excesivo del ambientador.

Este conductor de West Yorkshire (al norte de Inglaterra), según explica la web Gizmodo, encendió un cigarro justo después de haber descargado una lata de ambientador en aerosol. Esta mezcla combustionó y provocó una enorme explosión que reventó los cristales del vehículo e incluso rompió algunas ventanas de los comercios adyacentes.
Según la Policía, la explosión fue tan fuerte que tuvo que cerrarse la calle donde el vehículo (un Seat León) estaba parado en un semáforo. Afortunadamente (y milagrosamente viendo el estado del coche), el conductor del vehículo solo sufrió heridas leves, aunque algunos comentarios en redes sociales aseguran que ha sufrido varias quemaduras, y que además no se trataba de un ambientador en aerosol. No obstante, tanto la policía como el departamento de bomberos cerraron hace unos días la investigación, y se determinó que fue un exceso de ambientador lo que provocó la explosión.

Los accidentes con aerosoles son más comunes de lo que pensamos. Hace unos años una mujer de Vancouver dejó un bote de laca en el asiento trasero de su coche durante un día caluroso. El calor que soportó el aerosol provocó que se desplazara desde los asientos traseros hasta el parabrisas, con la suficiente fuerza para atravesarlo (y destrozarlo).

Por eso, conviene evitar dejar mecheros, aerosoles, móviles o GPS en el interior del coche. Y el tabaco al volante...