Para elegir el que más se adecue a las necesidades de cada negocio, Reynasa, partner de Asboc, ha publicado recientemente en su blog un post con una serie de consejos. Según destaca el artículo, "a mayor número de elevadores en el centro de reparación, mayor productividad, pues en muchos casos los talleres se ven obligados a estar rotando vehículos que no han terminado de reparar, en espera de piezas que no llegan o de cualquier otra circunstancia".
Los elevadores de taller, continúa el post, se clasifican en función del principio de Pascal, "que consiste en que la presión ejercida sobre un fluido dentro de un recipiente indeformable se transmite con igual intensidad en todas las direcciones y en todos los puntos". Así, existen básicamente tres tipos:
- Elevadores hidráulicos de dos columnas. Al margen de las dos columnas, tienen cuatro brazos que, a su vez, pueden ser simétricos o asimétricos. "En el caso de necesitar instalar el elevador más cerca de la pared, es recomendable la segunda opción, pero en ambos casos la herramienta es capaz de soportar el 50% del vehículo", recuerda el post.
- Elevadores hidráulicos de cuatro columnas. Tienen mayor capacidad que los anteriores y cuentan habitualmente con un gato central que permite liberar el eje delantero o trasero para realizar diferentes trabajos. "Aumentan la productividad, pero requieren de mayor espacio para su instalación", apuntan desde Reynasa.
- Elevadores de tijera. Disponen de un mecanismo tipo acordeón y están disponibles en diferentes medidas, alturas y capacidad de carga, con el objetivo de adecuarse a las necesidades de todos los talleres. "Dentro de esta tipología existen, además, los elevadores tipo pantógrafo y los especiales para llevar a cabo alineación de ruedas".
Puedes leer el artículo completo en la web de Reynasa, pinchando en este enlace.