martes, 6 de octubre de 2020

El vehículo privado también gana adeptos entre los que aún no tienen carné de conducir

Uno de los elementos que caracterizan la 'nueva normalidad' es el aumento de la demanda (y del uso) del vehículo privado en detrimento del transporte público por el miedo a los posibles contagios del SARS-Cov-2. Y otro indicador que así lo atestigua es que el número de alumnos que se ha matriculado en las autoescuelas entre los meses de marzo y junio han subido un 25% con respecto a 2019.

Esto supone romper con la tendencia de la última década, que indicaba que los jóvenes estaban perdiendo el interés por el vehículo privado, ya que solo el 50% quería obtener el carné de conducir.

Según se desprende del 'Informe de Movilidad' elaborado por la consultora Torres y Carrera, las cifras de matriculación para la obtención del carné de conducir se han incrementado un 25% entre los meses de marzo y junio, en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Todo ello en un periodo en el que el uso del transporte público colectivo se asocia con focos de contagio, a pesar de que en las ciudades las personas continúan utilizándolo para recorrer grandes distancias para desplazarse.

Además, el uso de taxis y de los vehículos de turismo con conductor (VTC) ha caído en dicho período un 37% y un 46%, respectivamente, mientras que las ofertas de 'car sharing' también han experimentado un retroceso del 55%. 

Sin embargo, las empresas de alquiler de coches sin conductor son las que más directamente se han visto afectadas debido a la caída del turismo. Así, han perdido cerca del 80% de su cifra de negocio debido a la situación sanitaria actual.

Movilidad eléctrica

Todas estas cifras plasman la situación en el corto plazo. No obstante, el documento también recoge los cambios que sufrirá el sector de la automoción de cara el medio plazo, cuando los modelos eléctricos tendrán mayor protagonismo.

Por ello, las previsiones de la compañía esperan que en 2022 se multipliquen por tres el número de ventas de coches eléctricos en comparación con los datos actuales, a pesar de que la crisis económica del sector automovilístico asociada a la pandemia tardará hasta ese año en recuperarse.

"Los puntos de carga serán el eje del debate entre las administraciones y las empresas energéticas. En el caso de aquellas que tienen el petróleo en el centro de su negocio, la pérdida de carga en la movilidad tradicional podría ser subsanada con otras líneas de negocio", señalan desde la consultora.

En todo caso, destaca el estudio "el cambio de hábitos de consumo que se ha producido tanto por la debilidad económica como por el desarrollo tecnológico seguirá popularizando el pago por uso. Una tendencia que amenaza objetivamente la tradicional adquisición de vehículo privado. Este escenario abre múltiples posibilidades tanto a los constructores que siempre han mostrado una gran capacidad de adaptación a las necesidades del mercado y hábitos de consumo (p. ej. leasing, renting) como a las empresas de alquiler de vehículos sin conductor".