La propuesta fue aprobada por las comisiones de Medio Ambiente y Mercado Interior con 79 votos a favor, 27 en contra y 11 abstenciones, y forma parte del Pacto Verde Europeo y del Plan de Acción para la Economía Circular.
Más plástico reciclado en los coches nuevos
Uno de los cambios más significativos afecta al uso de plásticos. La normativa establece que los turismos y furgonetas de nueva fabricación deberán contener al menos un 20% de plástico reciclado en un plazo de seis años. Esta proporción deberá subir al 25% en los diez años siguientes, siempre que el mercado pueda garantizar una oferta adecuada y competitiva de estos materiales.
Además, aunque todavía sin fecha concreta, se contempla la inclusión de metas similares para el acero y el aluminio reciclados, materiales fundamentales en la industria del automóvil.
Desmontaje más fácil, menos residuos
El texto también introduce nuevos requisitos de diseño orientados al desmontaje y la recuperación de piezas. Los fabricantes estarán obligados a producir vehículos cuyos componentes puedan ser extraídos con facilidad, favoreciendo su reutilización, reacondicionamiento, refabricación o reciclaje.
En este sentido, se prohíbe expresamente cualquier restricción de software que limite estas operaciones, lo que también podría facilitar reparaciones en los talleres y fomentar el mercado de piezas reutilizadas.
Productores, más responsables que nunca
La normativa refuerza la Responsabilidad Ampliada del Productor, exigiendo a los fabricantes que asuman los costes de recogida y tratamiento de los vehículos al final de su vida útil. Esta responsabilidad abarca operaciones como la retirada de líquidos, gases y sustancias peligrosas antes del proceso de triturado, con el objetivo de proteger el medio ambiente y recuperar materiales valiosos.
Asimismo, las instalaciones de tratamiento autorizadas estarán sujetas a más inspecciones y controles, con planes específicos para combatir actividades ilegales, como la exportación encubierta de vehículos como si fueran de segunda mano.
Exportaciones bajo lupa
Una de las novedades más relevantes en el ámbito internacional es que solo podrán exportarse fuera de la UE vehículos usados que no sean considerados residuos. Para ello, se establecerán criterios legales más estrictos y una documentación precisa, con el fin de evitar fraudes relacionados con el comercio de coches en desuso hacia terceros países.
Preocupación en el sector de los vehículos industriales
Aunque el texto ha sido bien recibido en general, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) ha manifestado ciertas reservas, especialmente respecto a los vehículos industriales.
Según Sigrid de Vries, directora general de ACEA, “los fabricantes de camiones y autobuses se enfrentan a riesgos legales y financieros desproporcionados”, sobre todo por la responsabilidad en el tratamiento de carrocerías que no han producido ni comercializado. La asociación exige un reparto claro de responsabilidades que incluya a los productores de esos componentes externos.
Calendario de aplicación
La regulación se aplicará por fases:
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Turismos y furgonetas: un año después de la entrada en vigor.
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Vehículos pesados, autobuses, remolques, motocicletas, quads, ciclomotores y microcoches: en un plazo de cinco años.
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Exenciones: previstas para vehículos de uso militar, emergencias, protección civil y de interés histórico.
La aprobación definitiva está prevista para la sesión plenaria del Parlamento Europeo entre el 8 y el 11 de septiembre de 2025.