La aplicación de la medida supondrá una subida de 2,3 euros por depósito de 50 litros, es decir, 3,45 euros más al mes para un consumidor medio que haga 15.000 kilómetros al año. El Gobierno asegura que la subida de la tributación del diésel, con la que espera recaudar unos 500 millones de euros adicionales al año, sigue las recomendaciones de la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en materia de fiscalidad ambiental.
Tan temida como esperada...
La posible subida de impuestos al diésel ha estado en el aire desde hace tiempo. Ya en 2018, se anunciaba una subida de impuestos al gasóleo desde el Ministerio de Industria para financiar el que sería Plan Renove 2020.
Para entender por qué en estos momentos, encarando la recta final de 2020, no se ha producido aún tal subida impositiva, hay que mirar atrás y observar la situación política vivida en España en los últimos años. Y he aquí también la razón por la cual una subida de impuestos al diésel está ahora más cerca que nunca.
Tal y como explican en Diariomotor, pocos meses después de la moción de censura que apeó a Mariano Rajoy de la presidencia del Gobierno, el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez expresaba sus intenciones de elevar progresivamente los impuestos al gasóleo hasta equipararlos a los de la gasolina, una medida que, por otro lado, venía solicitando la Unión Europea desde hace tiempo.
El objetivo pasaba por introducir una pequeña subida en el Impuesto Especial de Hidrocarburos, en el entorno de los 2,4 céntimos de euro por litro repostado, y mantener una subida anual hasta alcanzar la equiparación entre el diésel y la gasolina.
Pero esta medida, que debía introducirse en los Presupuestos Generales del Estado de 2019, jamás llegó a aplicarse. De hecho, los presupuestos actuales, diseñados por el ministro Cristóbal Montoro, fueron aprobados en 2018, durante los trámites parlamentarios que acompañaron a la moción de censura.
Por distintas circunstancias políticas, esos presupuestos se han ido prorrogando hasta 2020, quedando aparcadas, por lo tanto, medidas que se esperaba fueran introducidas ya en 2019. Medidas como la subida de impuestos al diésel...
¿Pero en qué ha cambiado la situación? La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal había cuantificado que una equiparación de impuestos entre el diésel y la gasolina supondría un aumento de la recaudación de 2.400 millones de euros. Aquel plan que pretendía reducir las bonificaciones que durante años ha beneficiado al gasóleo, confluye ahora con una necesidad imperiosa de financiación de las arcas públicas para sufragar el elevado coste que ha tenido, tiene y aún tendrá, la pandemia.
En ese contexto, la subida de impuestos al diésel parece más próxima que nunca. Ahora bien, ¿cómo se producirá esa subida? Para que se produzca, lo primero que debería suceder es la aprobación de estos Presupuestos Generales del Estado para 2021, para lo cual el Ejecutivo deberá tener los apoyos necesarios (algo que aún se está negociando).
¿Afectará la subida a los profesionales?
Desde el Gobierno se ha asegurado que "la tributación del gasóleo profesional y bonificado no sufre variación", por lo que la subida del impuesto al diésel no afectará, en principio, a los transportistas. Sin embargo, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) asegura, en cambio, que sí afectará a un tercio de los transportistas españoles "que no podrán acogerse a la devolución parcial del impuesto previsto sólo para los transportistas de mayor tonelaje".
Y es que, según la entidad, la actual regulación sobre el gasóleo profesional deja a una gran parte del sector fuera de dicha regulación, "principalmente transportistas autónomos de menor dimensión". La subida, de este modo, afectaría a los transportistas de vehículos de menos de 7,5 toneladas, la mayoría transportistas autónomos que representan casi una tercera parte (130.000 vehículos) del total de la flota de transporte en España.
El proyecto de ley de Presupuestos para 2021 también contempla subir otros impuestos como el del IRPF para rentas del capital superiores a 200.000 euros (que afectará a 36.194 contribuyentes, el 0,17% del total), el impuesto sobre sociedades para grandes empresas (el 0,12% del total), el impuesto a grandes patrimonios a partir de 10 millones de euros y el IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas, que pasará del 10% actual al 21%. Los objetivos de esta última medida es "favorecer hábitos más saludables entre la población y reducir el coste sanitario de patologías derivadas del consumo de estas bebidas".