viernes, 21 de noviembre de 2025

España y Francia defienden el fin de los coches de combustión

Francia y España han reafirmado su apoyo a la prohibición de vender vehículos nuevos con motor de combustión interna a partir de 2035, una de las medidas más emblemáticas del Pacto Verde Europeo. Ambos gobiernos subrayan que el calendario debe mantenerse inalterable, pese a las crecientes presiones de Alemania y de algunos fabricantes que reclaman una revisión o flexibilización del objetivo.

En un documento conjunto presentado al Consejo de Medio Ambiente de la UE, Madrid y París destacan que “el futuro de la industria automovilística europea será eléctrico”, aunque reconocen que es necesario adoptar medidas de apoyo adicionales para garantizar una transición justa y competitiva.

Medidas para impulsar la transición industrial

Entre las propuestas de ambos países figuran la creación de “supercréditos” para los vehículos con contenido europeo, con el fin de premiar la reducción de emisiones dentro de la Unión, así como una ampliación de cinco años del período de adaptación para las furgonetas, de modo que los fabricantes puedan responder a una demanda aún limitada de versiones eléctricas.

El documento, filtrado por el medio Contexte y consultado por la agencia AFP, rechaza de manera explícita cualquier intento de favorecer vehículos híbridos enchufables que funcionen principalmente en modo térmico. España y Francia coinciden en que la revisión que prepara la Comisión Europea no debe poner en duda el objetivo de cero emisiones en 2035.

Una revisión anticipada de los estándares de emisiones

La Comisión Europea ha adelantado la revisión de los estándares de CO₂, prevista inicialmente para 2026, y la llevará a cabo a finales de este año. El objetivo es evaluar la evolución de la electrificación y su impacto en la industria automovilística europea.
Francia y España respaldan que dicha revisión contemple ciertas flexibilidades, siempre y cuando estas refuercen la producción y el suministro dentro de Europa, protegiendo tanto a la industria como al empleo en el sector.

Competitividad y sostenibilidad: un equilibrio necesario

Esta defensa del calendario de 2035 se produce en un contexto complejo, en el que la Unión Europea busca equilibrar la ambición medioambiental con la competitividad industrial. Mientras Alemania y parte del sector automovilístico presionan para suavizar la norma, España y Francia consideran que mantenerla es esencial para garantizar que la transición eléctrica beneficie a la industria europea y contribuya al cumplimiento de los objetivos climáticos del bloque.