martes, 2 de enero de 2018

¿Qué podrán detectar las ITV con la diagnosis de los vehículos?

¿Qué podrán detectar las ITV con la diagnosis de los vehículos?
La aprobación de la reforma de las ITV traerá importantes cambios y novedades este año como que los clientes deberán identificar qué taller ha reparado los defectos hallados en la inspección después de un rechazo.

Sin embargo, una de las novedades más importantes será la introducción de la prueba de diagnosis en cada inspección técnica. A partir de mayo de este recién estrenado 2018, las ITV deberán efectuar una diagnosis de los vehículos con la que se pretende acabar con la manipulación de los sistemas anticontaminación, seguridad, etc. ¿Pero que podrán ver las ITV con la diagnosis? ¿Podrán verlo todo? ¿Qué pasa con las reprogramaciones de potencia?

Recientemente, Diario Motor publicaba un artículo en el que mostraba las cinco cosas que, a su juicio, las nuevas ITV serán capaces de detectar en los coches usando la diagnosis. El principal argumento que defiende la llegada de la diagnosis a las inspecciones técnicas es, como decíamos, acabar con la manipulación y eliminación de los sistemas anticontaminación, especialmente en vehículos diésel, algo totalmente ilegal y que ningún taller serio y responsable debe realizar.


Mayor control

Y es que el escándalo de los motores trucados de Volkswagen ha provocado que la UE se haya movilizado para poner en marcha toda una legislación que permita un mayor control de las emisiones de los vehículos.

En este sentido, el artículo apunta que la manipulación o anulación de sistemas recirculación de gases de escape EGR, filtros antipartículas FAP o sistemas de reducción catalítica SCR con aditivo AdBlue se han convertido “en algo muy extendido, prohibido, pero común en España”. Sin embargo, “la diagnosis será capaz de reconocer si estos sistemas trabajan adecuadamente, si han sido manipulados para reducir su trabajo o si han sido eliminados”.

Asimismo, la nueva ITV hará que los temidos fallos de motor pasen menos desapercibidos, incluso aquellos leves que no impiden seguir circulando. La diagnosis que se realizará en las nuevas ITV permitirá leer la memoria de fallos de la ECU, evitando así que los usuarios puedan manipular o eliminar los testigos que indican averías de cualquier índole.

“Según la antigüedad del vehículo, el nivel de información que puede brindar en cuanto a fallos puede variar, encontrando un amplio abanico de parámetros que son medidos y registrados en los vehículos más modernos, pero una información mucho más pobre cuanto más antiguo sea el vehículo”, señala el artículo.

El kilometraje, sin manipulaciones

Por otra parte, una de las ventajas que traerá la diagnosis en cada inspección técnica será el poder ofrecer un control más riguroso del kilometraje real de los vehículos, especialmente en los más modernos que pueden almacenar los kilómetros en diferentes módulos de control además de en la ECU.

“Gracias a la comunicación —continúa el artículo— de todos estos módulos queda registrado en todo momento el kilometraje real, sin importar que cambiemos elementos como el cuadro de instrumentos para intentar “rejuvenecer” nuestro coche. Ponga lo que ponga en los displays, será la ECU y sus memorias las que nos dirán cuántos kilómetros tiene realmente ese coche”.

Otro de los aspectos en los que incide el artículo es que la nueva ITV deberá acabar con la manipulación de airbags y pretensores. Y es que los trucos para manipular o eliminar airbags y pretensores tras un accidente recorren la Red. Unos trucos que, como recuerda el artículo, “pretenden servir para que el propietario del vehículo pase la ITV sin tener que hacer frente a la costosa reparación de estos sistemas de seguridad. Ya que quien realiza estas manipulaciones no se preocupa por su seguridad, serán las ITV las que examinarán el correcto estado de los sistemas de seguridad accediendo a la memoria de la ECU y rescatando los datos sobre su funcionamiento y posible reparación o sustitución”.

El artículo concluye con uno de los temores que pueden tener aquellos conductores que hayan efectuado una reprogramación en su coche. Según explica, “a la espera de conocer cómo de profunda será la diagnosis más allá de que se usará el protocolo OBD, las reprogramaciones de centralita no deberían ser un problema. Aunque esto puede variar mucho en función de qué tipo de reprogramación estamos tratando. Si hablamos de una reconfiguración del mapa motor jugando con sus valores de inyección y presión no habrá problemas, pero si se han alterado otros aspectos como los relacionados con los sistemas anticontaminación sí que podrían echarnos el coche para atrás, algo que se suele hacer en las reprogramaciones de motores turbodiésel para que la mecánica trabaje con el máximo de aire fresco”.