La industria automovilística europea ha lanzado una advertencia clara a Bruselas. Los presidentes de los fabricantes de automóviles y proveedores europeos, agrupados en ACEA y Clepa, han enviado una carta a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, para pedir más plazos y mayores ayudas en la transición hacia el coche eléctrico.
Una transición “inviable” en las condiciones actuales
En la misiva, los máximos representantes del sector —Ola Källenius (Mercedes-Benz y ACEA) y Matthias Zink (Schaeffler y Clepa)— aseguran que cumplir con los objetivos de reducción de CO2 para 2030 y 2035 ya no es factible en el contexto actual. Subrayan que el plan europeo debe reconocer las “realidades industriales, geopolíticas y económicas” para no poner en riesgo a toda una industria estratégica.
Según ambos directivos, Europa no ofrece todavía las condiciones necesarias para posibilitar una transición ordenada, ya que faltan incentivos potentes para estimular la demanda, como menores costes de energía para la recarga, subvenciones de compra y reducciones fiscales.
La dependencia de Asia y la presión de EE. UU.
Los fabricantes y proveedores destacan dos factores externos que complican aún más el proceso:
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La dependencia casi total de Asia en la cadena de valor de las baterías, lo que deja a Europa en una situación vulnerable.
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Los aranceles de Estados Unidos, que suponen un lastre frente a un mercado clave para los balances de las marcas europeas.
“Queremos que esta transición funcione, pero nos frustra la falta de un plan político holístico y pragmático. Se nos pide transformar con las manos atadas a la espalda”, criticaron los portavoces.
Incentivos más ambiciosos y ágiles
En su análisis, Källenius y Zink apuntan que una descarbonización exitosa debe ir más allá de los vehículos nuevos. Para ello proponen:
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Acelerar la renovación de la flota existente.
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Ampliar los incentivos fiscales y de compra para turismos, furgonetas y vehículos de empresa.
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Introducir medidas específicas para camiones y autobuses, con el fin de equilibrar el coste total de propiedad.
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Simplificar la burocracia para no frenar la decisión de los consumidores en la transición hacia sistemas de propulsión alternativos.
Actualmente, la cuota de mercado de modelos eléctricos en Europa es baja: 15% en turismos, 9% en furgonetas y apenas 3,5% en camiones.
Una cita clave el 12 de septiembre
La industria automovilística señala como decisiva la reunión prevista para el próximo 12 de septiembre, en la que se debatirá el futuro del sector europeo. “Es la última oportunidad de la UE para ajustar sus políticas a las realidades geopolíticas, económicas y del mercado actual”, advierten los representantes.
De no hacerlo, aseguran, se pondría en peligro la competitividad de una de las industrias más relevantes para la economía del continente.