Por primera vez en la historia de la automoción española, los vehículos propulsados por GLP (Gas Licuado de Petróleo) han superado al diésel en matriculaciones de turismos nuevos. Según datos de la DGT y ANFAC, este hito se produjo en noviembre de 2024, cuando el GLP alcanzó una cuota del 5,85%, frente al 4,21% del diésel. Desde entonces, la tendencia no ha hecho más que consolidarse.
Un giro estructural hacia alternativas más sostenibles
El descenso del diésel ha sido constante en los últimos años. En 2020 todavía mantenía una cuota del 19,8%, pero en 2024 apenas llegó al 4,21%. Las restricciones medioambientales, la presión informativa y la creciente preocupación por la calidad del aire han acelerado su declive.
En paralelo, el GLP ha experimentado un crecimiento sostenido, posicionándose como la única alternativa no electrificada que gana cuota de mercado en España. Sus principales ventajas explican esta evolución:
► Etiqueta ECO, que permite circular sin restricciones en Zonas de Bajas Emisiones.
► Ahorro económico en cada repostaje, con un precio del combustible inferior al de la gasolina y el diésel.
► Red amplia de surtidores, cada vez más presente en el territorio nacional.
El GLP gana terreno frente al diésel
El avance del GLP no es solo un dato coyuntural, sino un síntoma de un cambio estructural en la movilidad española. Frente al retroceso del diésel, penalizado por las normativas y la percepción negativa del consumidor, el GLP ofrece una combinación de practicidad, ahorro y sostenibilidad que lo convierten en una opción cada vez más valorada.




